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Una libertad inadmisible

Publicado: 2011-08-12

Se quiere premiar con la amnistía a Antauro Humala,  quien lideró el asalto a una comisaría y dio la orden a uno de sus subordinados para que emboscaran y asesinaran a cuatro policías. De llegarse a dar su libertad, se castigaría la dignidad de los familiares de los policías caídos con una impunidad vergonzosa.

Estamos frente a un hombre que usó a su antojo el descontento de la población de Andahuaylas para rebelarse contra el gobierno del expresidente Toledo y que manipuló como quiso ese malestar social para justificar su crimen. Un etnocacerista que sin el menor reparo robó armas de una comisaría para habilitar a sus seguidores en la lucha retrógrada por un poder que en esa época le fue esquivo.

La cobarde emboscada en la que murieron cuatro policías es un hecho que no debe quedar impune. Con alevosía los reservistas atrincherados en los cerros, dispararon contra los efectivos del orden.

Las impertinentes declaraciones de Antauro Humala, precisando que están las condiciones dadas para su salida, coinciden con las deleznables opiniones de Omar Chehade, convertido de un tiempo a esta parte en la personificación de la imprudencia, y Daniel Mora, al precisar que como Antauro no disparó, puede ser exonerado de todo tipo de responsabilidad que se le imputa.

Por si fuera poco, las declaraciones de su abogada Rosario Montero también generan repudio, al señalar que las muertes del Andahuaylazo fueron fruto de un juego. ¿Con este rosario de declaraciones se intenta construir el camino de la liberación? ¿Ese camino que cruza el puente Colonial, donde fueron acribillados sin piedad los policías? Es el colmo que miembros del gobierno tengan el descaro y la desfachatez de defender lo indefendible ¿Esa es la honestidad que hará la diferencia?

Menos mal que Daniel Abugattas, ese señor que quiere mandar a la banca de suplentes a los periodistas que no le son de su agrado, salió a decir que el congreso no aprobará la salida de Antauro. Sus declaraciones ofrecen cierto alivio, pero son insuficientes.

Quien está llamado a declarar y zanjar de una vez esta incertidumbre es el mismo presidente Ollanta Humala, cuyo silencio lo hace parecer un fiel imitador de Luis Castañeda. No vaya a ser que el exceso de silencio y su carencia de liderazgo nos transformen en ciudadanos acéfalos. Al menos hoy rompió ese silencio anunciando apoyo a los damnificados del terremoto en Ica.

Es él quien debe reivindicar la memoria de los policías caídos en esta emboscada clausurando de una vez esa puerta falsa por donde intenta escapar su hermano. Porque si el presidente Ollanta Humala avala la amnistía de su hermano socavaría la confianza que el pueblo le tiene y sería contraproducente para la imagen ética que intenta proyectar en el imaginario colectivo.

Si Antauro sale libre, las expectativas en el gobierno de Ollanta Humala tenderían a resquebrajarse. Los peruanos estamos hartos que nos despojen sin permiso el sentido de ética como si no existiera, como si el Andahuaylazo amenazara con enterrarla en el olvido o exhibirla en un estante decorativo. No debemos permitir que ciertos personajes intenten ahora jaquear la poca reserva moral que nos queda.

Si Antauro Humala tuvo la vileza de dar la orden para matar a los policías, ¿quién ordena callar sus desaforadas y provocadoras declaraciones que emite desde prisión y que están preñadas de una mezcla de improperios?

Los jueces del Poder Judicial que tienen a cargo el caso de Antauro Humala no deben ceder a las presiones políticas de algunos miembros del gobierno que intentan que Antauro salga en libertad. Estamos ante un escenario en el que se pone a prueba la independencia de este poder del Estado. No vaya a ser que estos ingredientes terminen por cocinar un plato agrio que le cause una terrible indigestión a nuestra frágil democracia.

¿Qué les decimos a los familiares de los policías muertos en el Andahuaylazo si sale libre Antauro Humala? ¿Les decimos que el asesinato vil de cualquier ser humano puede ser justificable? ¿Les decimos que el poder político puede más que la dignidad del pueblo?


Escrito por

Carlos Alberto Rosales Purizac

Periodista, columnista, curioso, pensador, poeta. Políticamente incorrecto. Contra la corriente.Amo el mar y la naturaleza. Mi pasión es el arte en todas sus vertientes.


Publicado en

Carlos Rosales Purizaca

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